Castillo de Tudela (Olloniego - Oviedo)

Reseña histórico-artística

Esta importante fortificación se encontraba al SE de la ciudad de Oviedo, y, un día, formó parte del circuito defensivo que protegía los accesos a la capital del reino. Se ubica en el Picu Castiellu (43º 18' 16.79'' N, 5º 48' 40.56'' O) a 431 m de altitud, perteneciente a la actual parroquia de Santianes; actualmente sus restos son bien visibles al E de la autovía A-66 en dirección León, en lo alto de un cerro cónico, de óptimas condiciones poliorcéticas, lo que determinó su construcción, tal vez incluso, como se verá, en tiempos anteriores al Reino de Asturias.

Restos actuales del recinto superior y torreón de Tudela desde el S. Reconstrucción ideal del recinto superior y torreón de Tudela desde el S.

En el año 857, en el supuesto interpolado de donación regia por parte de Ordoño I a San Salvador de Oviedo, ya aparece citada la iglesia de San Juan Bautista -ubicada en la actual parroquia y localidad de Santianes, junto con la de Santiago, y en una donación regia de Alfonso III a San Martín de Astorga del año 893 se apunta además el papel de Tudela como residencia regia: "En el nombre de Dios, Alfonso, morando en el castillo de Tudela, residentes en el solio del trono de la sede de Oviedo". Cita Vigil en su Asturias Monumental, tomando como fuentes a Tirso de Avilés y Luis Alfonso de Carvallo, que la fortaleza se conocía también con el nombre de Armatia; por otra parte, manifiesta no localizar la inscripción pétrea, nombrada por aquellos, que rezaba: «O NOBILES ET SUPERBI ASTURES QUOS ROMANI VINCERE VIX POTUERE, LICET GAUSONE SUPERATO» ("Oh nobles y soberbios Ástures, a quienes los romanos apenas pudieron vencer, incluso derrotado Gauzón") poniendo en relación a Tudela con la fortaleza avilesina de Gauzón, en el -presumible- contexto de las Guerras Cantábricas, lo cual, de ser localizada dicha lápida, demostraría la contemporaneidad, al menos, de ambas construcciones defensivas; lo que dan por hecho algunos autores (G. ÁLVAREZ-BUSTO y M. LÓPEZ, 2010), que retrotraen, con probabilidad, a un origen pre-romano del castillo.

Cuando la corte de la monarquía astur-leonesa se establece en León, es de suponer que la red de fortalezas establecidas para el control del territorio, se incorporarían de hecho al acervo patrimonial de los dignatarios locales que ejercían el poder en nombre de la Corona. Así, en los inicios del s. XII encontramos al conde Gonzalo Peláez controlando Tudela, uno de sus bastiones en sus repetidas rebeliones contra Alfonso VII. Derrotado el conde, Alfonso VII dona la fortaleza a San Salvador de Oviedo, cometiendo los tenientes -que ejercían su control por encomienda episcopal- múltiples abusos contra los vecinos y transeúntes que cruzaban con sus cargas el Nalón por Olloniego. Así las cosas, fue sitiado en 1316 por Don Rodrigo Álvarez de las Asturias, y desmantelado definitivamente por orden de Juan I de Castilla, a mediados del s. XIV.

Basándonos en los restos actualmente visibles, y careciendo de la imprescindible intervención arqueológica, podemos, no obstante, afirmar, que las fortificaciones del castillo de Tudela fueron formidables: a la idoneidad poliorcética del establecimiento hay que sumar la existencia de, al menos, dos recintos defensivos, el más exterior precedido de un foso y constituido por una muralla; en el más interior, delimitado por el tallado vertical de la roca sobre la que se asienta, y rematado igualmente por una muralla, se disponía, en el punto más elevado de la fortaleza, un fuerte torreón rectangular articulado en dos cuerpos cuadrados de similares dimensiones.

Castillo de Tudela según A. González Gutiérrez (2007). Planta general. Plano de Francisco J. Borge Cordovilla (2014). Castillo de Tudela. Planta del torreón.