Al margen de la tradición a cerca de su fundación por los presbíteros Máximo y Fromestano, su aparición coincide con la de la basílica de San Salvador (inmediata al mismo), patrocinada por Fruela I, con la probable intención de establecer un episcopado en el centro del territorio ástur.
En cuanto a su aspecto material, hay que decir que en la Hispania del s. VIII, junto a los monasterios visigodos caracterizados por la disposición dispersa de las dependencias monásticas alrededor de la iglesia, comienzan a convivir, por influencia europea, monasterios basados en la ordenación de las dependencias alrededor de uno o más patios. incluida la iglesia, que pierde su posición central.
Sin poder ser concluyentes, ésta parece ser la disposición de San Vicente, construido formando un plan unitario con los edificios contiguos.