La fuente de Foncalada se sitúa en la vertiente N de la colina Ouetdao, en la zona de escorrentía natural de uno de los varios arroyos que discurrían desde la zona situada al O de la misma, lo que garantizaba una corriente de agua cosntante; además, en el lugar donde se ubica la fuente confluyen las pendientes en una depresión que se desarrolla hacia el E, garantizando el desagüe del embalse.
Otro de los factores que influyeron en la ubicación de la fuente, fue la de su inmediatez a una de las vías principales, de probable origen romano (Borge; 1993, 2008), que cruzando la colina Ouetdao, describía una amplia curva al O de la misma, descendiendo suavemente por Pumarín en dirección a Gijón.
Por tanto, las obras se iniciaron con la preparación del lugar, acentuando la depresión mediante el cajeado del recinto del futuro edificio, preparándose una plataforma pulimentada en el sustrato de calizas y areniscas, sobre la que se comenzó a construir, aprovechando la piedra extraída en dicha operación de cajeado.
En cuanto al edificio en sí, éste se constituye por tres partes diferenciadas (Ríos, Estrada, Chao; 1994): un canal de suministro, que canaliza el agua desde un punto relativamente distante, de origen desconocido, situado al SO de la fuente; el edículo o templete, que monumentaliza el afloramiento de dicho manantial; y el gran estanque, estructurado a su vez en dos partes, una inmediata al edículo, provista de sendos deambulatorios laterales de acceso al mismo, y otra posterior, más alejada, ceñida por un muro perimetral de aparejo calizo de gran formato.
Se conforma mediante dos hiladas de sillares situados sobre una plataforma configurada a base de grandes losas calizas, que, del mismo modo, le sirven de cobertera. Su longitud es indeterminada pero, a juzgar por su factura, no debe descartarse en absoluto que se trate de una importante obra de infraestructura.
Para articular el final del canal, y la desembocadura del caudal en el edículo, se realzó el mismo mediante una plataforma de bloques calizos ciclópeos, en la que engarja el tramo final del canal, encajando perfectamente con las primeras hiladas del edículo, que rematan el cierre del canal a modo de pestaña, lo que garantiza que el templete no es una reforma de una obra anterior, sino que el conjunto forma parte de un mismo proyecto, concebido y ejecutado con gran precisión y elaborada técnica constructiva.
El edículo es un cubo de sillares de arenisca, de planta interior ligeramente trapezoidal, cubierto por bóveda de cañón ejecutada en sillares, al modo romano, cuya rosca traspasa el muro trasero del mismo, y que se remata en tejado a dos aguas, que disponía de una cornisa en media caña, alterada en el piñón por pieza corrida, que abarcaba toda la longitud del edículo, tallada en estrella de tres puntas, cuyos extremos presentaban ruedas solares talladas en espiral.
Encajado en la caja tallada en la roca, presenta un solado de grandes losas calizas, y está totalmente ceñido por un muro perimetral exterior a base de grandes losas de caliza, que, la parte anterior, inmediata al edículo, elevaba su alzado, diferenciándose sus respectivos paramentos: el del lado S, del lado de la vertiente de la colina, se configuró a base de sillarejos, muy planos, de arenisca aglutinados con una arcilla muy plástica, encajados en la ladera, a fín impermeabilizar el recinto de la plataforma de acceso al edículo; el del lado N, sin embargo, se realizó con las mismas losas calizas utilizadas en el resto del muro perimetral.
La parte posterior del muro perimetral, de menor alzado, se situaba, seguramente a la altura del terreno circundante, posibilitando el acceso directo a la piscina. Presenta cierta desviación en su trazado, motivada en razones técnicas, a fin de no ofrecer resistencia a la corriente de agua en su camino al desagüe del estanque, situado prsumiblemente en su muro testero E, hoy día enterrado bajo el edificio que cierra la plaza por ese lado.
El gran tamaño del estanque de la fuente de Foncalada, no se concibe sin una función utilitaria de la misma. El análisis de la configuración constructiva del edificio pone de manifiesto cómo el estanque alcanzó un alzado -hasta el plano de las plataformas de los deambulatorios y los muros perimetrales- de unos 60 cm, con lo que la capacidad del estanque era de unos 90 metros cúbicos de agua. Además, por su extensa superficie manifiesta una función relacionada con el uso directo del mismo, impresión que se refuerza por la presencia de las escaleras de acceso. Si bien la poca profundidad no lo hace idóneo para la natación, su gran tamaño sí lo habilita para los baños por inmersión (Ríos, 1997), en relación con la atribución de propiedades medicinales a sus aguas.