Torre de San Miguel

Reseña histórico-artística

El monumento actualmente conocido como “torre de San Miguel”, lo es debido a su inmediatez a la capilla de advocación al Arcángel homónimo, que ocupa la planta superior de la Cámara Santa de la Catedral de San Salvador de Oviedo.

Según señala D. José Cuesta Fernández en su Guía de la Catedral de Oviedo, se debe a la “Comisión Ejecutiva dependiente del Patronato para la reconstrucción de la Cámara Santa”, la identificación de esta construcción como monumento distinto e independiente de la Cámara Santa. La autoría de dicha identificación se debe por tanto a D. Víctor Hevia Granda y a D. José María Fernández Buelta, reconstructor el primero de la Cámara Santa a las órdenes del arquitecto restaurador D. Luis Menéndez Pidal Álvarez, y colaborador y divulgador, el segundo, de los resultados de las excavaciones e investigaciones subsiguientes llevadas a cabo por ambos en los años 40 del pasado s. XX, como consecuencia de la destrucción del conjunto monumental del entorno, antes de acometerse la reconstrucción de los mismos. Ello significa que con anterioridad a la destrucción de la Cámara Santa, la existencia de esta construcción turriforme era desconocida, así como, por tanto, su cronología altomedieval y su carácter de construcción previa al edificio de la Cámara Santa, adosado a ella.

Evolución histórico – constructiva de la torre de San Miguel. Evolución histórico – constructiva de la torre de San Miguel.

Se trata de una construcción turriforme de planta cuadrada, de unos 5.7 – 6 m de lado, y que conserva hoy día, relativamente, su alzado originario, de unos 12 m, aunque con los paramentos de sus muros modificados en distinta medida de acuerdo a la modificación de las funciones de la construcción, sobre todo en sus lados S y O. Se levanta previo acondicionamiento del suelo calizo en que se asienta, sobre grandes bloques o “zarpas”, en muros de sillarejo de caliza que se refuerzan mediante contrafuertes en la planta baja. Debió estructurarse en tres plantas, que se conservan, aunque el ático ha perdido su funcionalidad al ser anulado por la bóveda tardomedieval existente actualmente.

Siendo este edificio anterior a la Cámara Santa, parece claro que su origen está ligado a una función diferente a la de vestíbulo de la misma, que es la que ostenta desde, presumiblemente, el último cuarto del s. IX. Durante las mencionadas excavaciones arqueológicas que precedieron a la reconstrucción de la Cámara Santa, se determinó la existencia de un pórtico (formado por 4 – 5 arcos de medio punto realizados en ladrillo), con alas laterales turriformes, de las que el edificio que nos ocupa sería la situada en el extremo E de dicha construcción. Los excavadores pusieron en relación este pórtico con los supuestos palacios de Alfonso II situados al S de la iglesia de San Salvador, a partir del testimonio del P. Luis Alfonso de Carvallo, en el s. XVII. Sin embargo, las últimas investigaciones, consecuencia de las excavaciones arqueológicas de fines del s. XX al S de la Catedral de San Salvador, nos hablan de un acceso monumental al templo o “salutatorium”, del cual formaría parte con funciones de acceso y distribución, el edificio del que nos venimos ocupando. La arqueología señala claramente la amortización funcional de los espacios al S de la Catedral de San Salvador a partir de la segunda mitad del s. IX, con la construcción de una gran torre defensiva para proteger la basílica de San Salvador y su tesoro, lo que aparejó el uso funerario del espacio del “salutatorium” y sus dependencias, y el cambio de función de la construcción situada en el extremo E del mismo, siendo a partir de entonces, de modo exclusivo, la de acceso a la capilla de San Miguel de la Cámara Santa.

Planta originaria (siglos VIII – IX). Planta tras las reformas de los siglos XIV al XVI.