«Torre vieja» de San Salvador

Reseña histórico-artística

Dentro del reinado de Alfonso III, y probablemente dentro del último cuarto del s. IX, acuciantes necesidades defensivas obligaron a modificar la fisonomía del Oviedo altomedieval. En efecto, ya desde el reinado de Alfonso II, la creciente fama del relicario de San Salvador atrajo sobre la ciudad episcopal de Oviedo el furor de las incursiones normandas, siendo la primera de la que tenemos noticia la del verano de 844, bajo el reinado de Ramiro I.

Evolución histórico-constructiva de la Torre de Alfonso III. Evolución histórico-constructiva de la Torre de Alfonso III.

Su nieto Alfonso III, consciente del riesgo que se cernía sobre el episcopado ovetense y sus riquezas y reliquias, reforzó la muralla construida por su antecesor Alfonso II, que aparece expresamente nombrada en la redacción de la donación del conjunto episcopal ovetense a la sede de San Salvador y su primer obispo, Adulfo, en 812. A tal efecto, Alfonso III, cuarto rey desde la muerte del gran Alfonso II, construyó un nuevo cinturón murario (que englobaba por el N, O y S la muralla de la ciudad episcopal), para albergar la creciente población, reforzado por un fuerte castillo, o alcázar real, contiguo a su palacio, en la esquina NO de dicha muralla.

Por otra parte, y ante la posibilidad de que dicho cinturón defensivo (que no debía ser excesivamente potente), fuera superado y los asaltantes penetraran en el interior de la ciudad episcopal, se diseñó un sistema de defensas escalonado, consistente en aislar todos los accesos a la basílica y sus tesoros. A tal efecto, se cegó la entrada monumental desde el S a la iglesia del Salvador, único lugar desde el que podía accederse al aula del tesoro de la misma. Para ello se elevó una fuerte torre en el centro del antiguo pórtico S de la basílica, y en ella se colocó la inscripción que nos ocupa, que explica claramente tanto el momento (último cuarto del s. IX), como la finalidad de la erección de tal aparato defensivo.

Dicha torre se configura como un edificio cuadrangular, de unos 7 m de lado y 20 m de altura, estructurado en tres plantas, y que, seguramente, constaría de estructuras defensivas complementarias.

Su construcción supuso la amortización de las edificaciones civiles inmediatas por el S a la basílica mayor, así como el cierre de la entrada monumental (salutatorium), a la catedral por el lado sur.

A partir de este momento, esta parte del atrio catedralicio quedó amortizada como lugar de habitación, creándose en este lugar, un enclave destinado a enterramientos privilegiados, en relación al depósito martirial de la cripta de la Cámara Santa (inhumación "ad Sanctos")

Torre de Alfonso III: alzados e hipótesis de distribución interior.