La hipótesis de trazado de la muralla del primitivo recinto religioso que proponemos, coincidiría parcialmente con el enunciado en su día por D. Ricardo Casielles y D. Juan Uría de los que discrepamos en los lienzos E y S.
La muralla define un trazado oblongo, que sigue el contorno del terreno, trepando hasta la cota máxima de Cimadevilla por el lado S [a], mientras que por el N se reduciría sensiblemente el perímetro amurallado, siguiendo el descenso de la cota del terreno hasta borde el desnivel existente al N de la iglesia de Santa María [b] (que hoy no percibe por quedar dentro del monasterio de San Pelayo), y más allá de la actual calle de San Vicente [c], doblaría de nuevo al S, arrimada al pronunciado desnivel existente al E de dicha vía, llegando hasta la actual Corrada del Obispo, donde doblaría al O en el lugar en el que la cota comienza a descender por la actual calle de San José [d], hasta llegar de nuevo al entronque de la actual calle Canóniga (antigua Solazogue), con Cimadevilla, donde empezamos el recorrido.
A continuación procedemos a argumentar el recorrido que proponemos, mediante las corespondientes referencias documentales y, en su caso, arqueológicas.